Nacido en Santa María de Bretoña, Antonio García y García (1928-2013) foi un importante estudoso da Igrexa medieval hispana. Tras ingresar na orden franciscana en 1948 e ordenarse sacerdote en 1952, estudou Filosofía e Teoloxía en Chipiona (Cádiz), especializándose e doutorándose en Dereito Canónico en Roma (1956). Exerceu como profesor (1959-1962) e catedrático (1962-1998) na Universidad Pontificia de Salamanca, e publicou máis de douscentos artigos e trinta libros, obtendo recoñecemento internacional con premios como o Galileo Galilei (Pisa, 1989) e o das Cencias Sociales y Humanidades da Junta de Castilla y León (1994), e sendo honrado coa pertenza a diferentes academias de Historia de Portugal, España e Italia. Durante os seus últimos anos dirixiu a publicación dos Synodicon Hispanum, unha colección de edicións críticas dos concilios celebrados na Península Ibérica durante a Baixa Idade Media.
Estudios britonienses de Antonio García y García
Antonio García y García dedicoulle ao seu lugar de nacemento varios artigos e un libro, “Historia de Bretoña” (Deputación Provincial de Lugo, 2000), de obligada lectura para quen se interese na historia desta zona. O seguinte extracto é o prólogo que o propio Antonio García y García escribiu para esta obra:
“Pese al pretencioso título “Historia de Bretoña” con que se abre el presente volumen, confieso que es una historia muy incompleta, dado que hay grandes espacios de tiempo sobre los cuales no conocemos documentación alguna. Bajo este aspecto, la historia de Bretoña se parece al río Guadiana que emerge y se esconde. aparece y desaparece de la vista de los mortales. Las fuentes históricas sobre Bretoña emergen pocas veces a la superficie, para ocultarse rápidamente otras tantas. Un aspecto fundamental como es la arqueología no parece arrojar resultados enteramente definitivos. Unas excavaciones realizadas por D. Manuel Chamoso Lamas en 1970 y 1971 arrojan unos resultados apreciables, pero quedan todavía muchos interrogantes que no tienen hoy por hoy una respuesta satisfactoria. La edificación de la actual Iglesia en su día, y las recientes edificaciones que en buena parte cubren el yacimiento arqueológico dificultan en buena medida una comprobación más detenida del asentamiento urbano con su iglesia y su necrópolis. EN el capítulo primero resumiremos el contenido del informe de D. Manuel Chamoso Lamas.”
“La presencia de los bretones en el noroeste de la Península Ibérica no se limita exclusivamente al territorio de la actual Parroquia de Bretoña (Lugo) ni los descendientes de aquellos bretones se encuentran solamente entre los habitantes de dicha localidad. La presencia de dichos bretones se localiza por el norte en la franja costera comprendida desde la Estaca de Vares hasta algo más allá del río Eo, sin que se haya podido precisar todavía hasta dónde llegó su penetración en tierras interiores, salvo el asentamiento de Bretoña. Este último ha sido objeto de varios estudios, cuyo contenido condensamos en este libro. En todo caso, una historia de Bretoña tiene que comenzar por el estudio de la cuestión de los antiguos bretones y de su sede episcopal britoniense. De ahí que el primer capítulo de este libro aborde este tema, bajo el título de Ecclesia Britoniensis, como se la denomina en la documentación que aducimos. Este capítulo cubre el período de tiempo que corres desde mediados del s. VI hasta principios del s. VIII, con referencias inciertas durante el resto de la Alta Edad Media.
La historia de Bretoña durante la Baja Edad Media constituye un largo túnel oscuro del que sólo conseguimos excavar dos tramos en el segundo capítulo del presente libro, de los cuales el primero corresponde al año 1388 y el segundo al de 1456. EN estos documentos se contiene la relación de dos visitas a Bretoña, con un abundante acopio de informaciones sobre la población, cultivos agrícolas, aspectos demográficos y económicos, vida religiosa, etc., tal como se desarrollaban en Bretoña en las fechas antedichas. El tercer capítulo de este libro se refiere a una de las más interesantes manifestaciones de la religiosas de los bretoñenses, tal como se realiza en torno a las capillas o ermitas esparcidas por toda la parroquia, en los últimos años de la Edad Moderna y a lo largo de la Contemporánea hasta la actualidad. El capítulo 4 está dedicado a otro tema más relacionado con la religiosidad de los bretoñeses en la Edad Moderna y Contemporánea, tal como emerge de las capillas o ermitas que todavía se conservan en la actualidad esparcidas a lo largo y a lo ancho de la Parroquia de Santa María de Bretoña. El Catastro del Marqués de la Ensenada, realizado en 1763, pese a sus limitaciones, proyecta a su vez una información mucho más rica y matizada sobre la historia económica de Bretoña en el s. XVIII, y arroja a la vez abundantes datos sobre otros aspectos de la vida de los bretoñeses de aquella época. Este estudio constituye el quinto capítulo de este libro. El cap. 6 de este libro se ocupa de dos encuestas de finales del s. XVIIII sobre el estado demográfico y económico de Bretoña a finales del s. XVIII (1782 y 1789). Este capítulo no había sido anteriormente publicado en otra parte. Los demás capítulos, aunque publicados anteriormente en diversas revistas, fueron reelaborados en buena medida a la hora de incluirlos en este libro. Tal es el pequeño grano de arena que el Autor de este libro desea aportar para un mejor conocimiento de nuestro pasado. Nuevos hallazgos documentales permitirán sin duda completar y mejorar el estado de la presente Historia de Bretoña.
Es para mí un grato deber dejar constancia, en estas líneas proemiales, de los mejores sentimientos de gratitud de la Dirección de las revistas donde se habían editado anteriormente los diferentes capítulos de este libro por haberme autorizado a reeditarlos, previas las correcciones, adiciones y mejoras que he podido realizar en ellas. Las revistas en cuestión son Compostellanum y Estudios Mindonienses. Un agradecimiento especial merecen los bretoñeses D. Jorge Comendeiro, D. Manolo García Álvarez y Domnino López García, por varias de las ilustraciones fotográficas que figuran en el presente libro. Cada una de ellas resulta más elocuente que mil palabras. Por ello creo que contarán también con el agradecimiento de los lectores.”