“A chegada da electricidade a Bretoña”, poema de Xan Bouso (1946)
Ademais de labrar a terra, José María Bouso Fernández, dos Currás, escribía sobre a vida de Bretoña deixando constancia das súas transformacións con sinxeleza e vontade documental. A chegada da electricidade a Bretoña e os oficios e servizos que describe neste poema coinciden no tempo coa primeira fotografía aérea da vila, realizada por un avión americano nos anos 1945-6. Na imaxe de abaixo sinálanse as construcións actuais que existían xa por aquel entón no núcleo urbano.
En Porto, salva, se ve, fuera de la oscuridad esta Bretoña que en verdad es digna y merecedora de que llegue la hora de tener luz y claridad. Desde Porto, por el Eo la luz de Bretoña, vino para alumbrar a los pobres igual que para los ricos. Así hacen los buenos hombres que cumplen con su destino y saben tratar a los pueblos con amor y con cariño. El año 46 mil novecientos estamos, el día 5 de febrero, empezaron los trabajos partiendo desde la Iglesia con dirección hacia Francos y después siguió la ruta a todos los demás barrios González, López con Rivas y Rico por aquellos apellidos ayudaron a Pantorreira a colocar el tendido. Todos buenos trabajadores y de capacidad que dieron luz a Bretoña cual si fuera una ciudad. En Bretoña hay de todo, como en cualquier capital. Buenas tiendas de tejidos, café, bar, ultramarinos e industrias en general, y los molinos eléctricos para comer el buen pan. Hay doctores en medicina que bien acreditados están, Botica, Casa de Correos donde se puede girar, sastrerías, zapaterías, barberos para afeitar, mercado y feria cada quince días para vender y comprar, y el correspondiente Salón para cantar y bailar. También los niños de contentos a sus padres besarán porque les llevaron la luz para poder estudiar, las mujeres en el invierno las noches se pasarán hilando y otros quehaceres que son propios del hogar y escuchando los muchachos como leyendo están, y evitando esas malas costumbres que existen de murmurar. Bretoña sabrá corresponder a todos los beneficios que Porto y Pantorreira para esta parroquia han traído y que no caiga en el olvido la luz para alumbrar y para moler el molino Qué pobre está la casita donde vi la luz primera. Qué oscura está aquella en donde la vanidad y el orgullo se encierra. ¡Porto, dale una luz! por el amor de Jesús a la triste Cabarrela